Por: Karina Nova
Ya no podemos ocultar la espiritualidad y menos cuando la ciencia, después de siglos de represión, finalmente lo avala, atrás quedó el racionalismo de los siglos XVIII y XIX “ADEMÁS DEL CUERPO, HAY ALGO MÁS EN EL SER HUMANO” (Pitágoras y Platón hace miles de años; Einstein, Planck y Hicks, en la actualidad). “Una cosa es la APARIENCIA y otra la ESENCIA”, dice el físico Michio Kaku.
Entonces, somos seres de luz, como lo explica el biofísico Frintz Albert Popp “las células de los seres humanos, de los animales y de las plantas, desprenden luz bajo la forma de biofotón”. Esto nos convierte automáticamente en pequeños soles emanadores de luz, lo cual suena lógico y cada vez menos descabellado, cuando te vuelves consciente de tu naturaleza divina, el cuerpo es finito, el alma y el espíritu no.
Como somos capaces de dar luz, también lo somos para transmitir obscuridad, en nuestro entorno personal, familiar, social y colectivo.
La situación es entender, ¿si somos luz, por tanto, energía y si esta no se crea ni se destruye y solo se trasforma, es posible la reencarnación? Transformarnos cada determinado tiempo, el cuerpo se deshace en la tierra, que posteriormente sirve para alimentar a nuevos seres y así durante un ciclo interminable, pero, ¿qué pasa con el alma y el espíritu? Y si incluso al día de hoy, no hemos sabido entender quiénes somos, permíteme compartir lo siguiente, la última palabra será siempre tuya.
El coche y el conductor, el humano y el avatar, son algunas maneras de plasmar un ejemplo de quiénes somos, el Ser y el cuerpo, dos cosas muy distintas.
Cuando olvidamos quiénes somos y empezamos a identificarnos más con el coche o cuerpo que con nuestra esencia, el Ser, es natural comenzar a perder el control de nuestras vidas, nos llenamos de estrés, de apegos, de dificultades para resolver situaciones cotidianas, lamentamos sobre manera las pérdidas personales, como rupturas, divorcios, fallecimientos, enemistades, etcétera, sin “recordar” que estamos aquí para acumular la mayor cantidad de experiencias posibles.
Nos dedicamos tanto a complacer al coche, a fijarnos más en lo que a él le gusta y disgusta, que en las verdaderas preguntas ¿Quién soy, que hago y para que estoy aquí? ¿Qué estoy emanando, luz u obscuridad? ¿amor u odio? ¿miedo o tranquilidad? ¿rencor o perdón? ¿salud o enfermedad? ¿edificas o destruyes? ¿perdonas o enjuicias? ¿educas o impones?
Tus pensamientos son energía, tus acciones, tus sentimientos, donde el amor es el que vibra más alto y el odio el más bajo, toma conciencia de lo que deseas para este pequeño tránsito llamado vida y ¡crea una nueva realidad!
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Cultura de cambio “Crece con valores y nuevos comportamientos”
Es una comunidad con más de nueve años de consolidación, la cual trabaja arduamente para reforzar la comunicación de valores y transmitirlos a la sociedad de México, encaminados a generar reflexión y asimilación de nuevos comportamientos en temas como Cultura, Social, Deportes, Infantes, Jóvenes, Negocios, Salud y Empleos.
