A la mitad del Siglo XX, en particular en la década de 1960 se inicia y aumenta el auge del movimiento ambientalista, debido a los graves problemas que afectaban (y afectan) al mundo en este rubro. Dicho movimiento se enfocó en la lucha contra la contaminación ambiental, el uso indiscriminado de químicos en la agroindustria, también en esa época ya había preocupación por el cambio climático debido al incremento en el desarrollo industrial.
Algunos de los investigadores que inspiraron y dieron bases a este movimiento son quienes alertaron de estos problemas. Uno de ellos se remonta a los inicios del 1900 el ecólogo, científico, filósofo y escritor estadounidense Aldo Leopold, que se convirtió en el padre de la ética ambiental y un referente en ciencias políticas orientadas hacia la conservación y manejo de la vida silvestre. Definió que la ética ambiental estudia la relación entre los seres humanos y el medio ambiente, y su creencia fundacional es que los seres humanos viven en una sociedad que incluye a otros seres vivos, como los animales y las plantas. Y defendió la ecología como la ciencia que estudia las relaciones entre todos los seres vivos, incluidos los humanos, y su entorno. Su libro, “A Sand County Almanac” está considerado uno de los libros sobre medio ambiente más influyentes del siglo XX, detalla la “Ética de la Tierra”, las relaciones entrelazadas que existen entre las personas y la tierra.
Otra de las obras importantes es de 1962 el clásico de Rachel Carson “la Primavera Silenciosa” que describe el impacto de los pesticidas, principalmente en las aves e insectos que atribuyó a los pesticidas. A pesar de la oposición en un inicio y la descalificación de su persona, se logró la prohibición del uso del DDT en Estados Unidos en 1972.
Hay varios personajes más que inspiraron el movimiento que mencionar, pero de alguna manera podríamos inferir que el movimiento ambientalista y la concientización sobre los problemas ambientales que sucedían en el mundo llevó a que el 22 de febrero de 1969, el Senador Gaylord Nelson, demócrata, propusiera una iniciativa para que el tema ambiental se enseñara a nivel nacional. Y en 1970 el mismo Senador creó el “Día de la Tierra” para impulsar el tema ambiental y la creación de una Agencia Nacional, así en diciembre de 1970, por presión del movimiento, el Congreso de Estados Unidos autorizó la creación de la nueva Agencia de Protección Ambiental (EPA). Y también a finales de ese año se promulgaron varias leyes de protección al ambiente, en las cuales el movimiento ambientalista pudo basarse para defender y cambiar muchas cosas.
Lamentablemente el movimiento no se dio de igual manera en todo el mundo, muchas de las industrias contaminantes que ya no podían operar en Estados Unidos por la nueva legislación, fueron instaladas en otros países que aún no tenían protección. Hoy sigue habiendo muchos países que no tienen una legislación ambiental sólida. La humanidad tiene una deuda grande con nuestra Madre Tierra, y estamos lejos de cumplir con las necesidades para su protección, el desafío es enorme. Debemos seguir levantando nuestras voces para lograr que se realicen las transformaciones estructurales necesarias para que se cumpla la “Ética de la Tierra” de Leopold, en donde de manera holística convivamos los seres humanos con la naturaleza.
Cecilia Elizondo, Ecosur, Grupo de Agroecología
Miembro del GANESAN-CSA (Comité Directivo del Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición del Consejo de Seguridad Alimentaria Mundial de Naciones Unidas).
