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Ósculo en lo osculito. Por Georgina Vega

¿Día mundial del qué? ¡Ajá, eso existe! Y no, no se trata de una ridiculez, aunque de entrada pudiera parecerlo. Es una celebración de reciente creación, surgió hace apenas una década, en 2013, pero su relevancia viene de dar énfasis a la importancia que tiene el beso en las relaciones humanas. Porque, aunque sí, surge para rendir homenaje al beso más largo jamás registrado en la historia, con una duración de más 58 horas, entre una pareja de tailandeses, la realidad es que aquel en los labios entre parejas es solo uno de los tantos tipos que existen.

Se cree que es una costumbre que surgió en la India, pues es donde se encuentran los vestigios arqueológicos más antiguos, aunque su origen podría ser más antiguo, de cuando los homínidos alimentaban a sus crías a través de la boca, como los pajaritos. Sea cual sea la época en que surgió, su expansión se dio en la época de Alejandro Magno. Y el beso más famoso, no ese que estás pensando no es, ni ese tampoco… No es el beso de Noah y Allie en Diario de una pasión, ni el de Lo que el viento se llevó, ni Ghost, ni Dirty Dancing; tampoco el de Klimt, ni Rodin, ni Magritte, ni el inmortalizado por Victor Jorgensen, que celebraba el fin de la Segunda Guerra Mundial. El beso más conocido es también el más repudiado: el de Judas.

¿Ves cómo besar no es exclusivo de los amantes? Dice el psicólogo Jesús de la Gándara[1] que el beso se desarrolló junto con el lenguaje humano, es decir, primero el arrumaco y después el parloteo, ¡qué listos!, ¿no? ¡Mua mua y luego bla bla! (Nota personal: la tengo que aplicar). Sin embargo, era un medio de comunicación, como atinadamente señaló George Sand: «El beso es una forma de diálogo», un diálogo que las más de las veces significa cariño o amor.

¿Recuerdas tu primer beso? Puedo asegurarte que nadie lo recuerda, al menos no el primero que recibimos. Seguramente nuestro primer beso nos lo dieron cuando aún estábamos en el vientre materno, ¿te imaginas? NO te lo dio tu mamá, sino tu papá, alguno de tus abuelos o hermanos… ¡Increíble! Y ese diálogo amoroso que se entabla con nosotros cuando todavía no usamos palabras desempeña un papel decisivo en nuestro desarrollo psicológico, emocional y afectivo; es decir, va a influir en la percepción que tenemos de nuestro entorno y de nosotros mismos, así como en la manera en que nos relacionamos con nuestras emociones y cómo exteriorizamos nuestro afecto hacia los demás.

Galileo apuntó que «el gran libro de la naturaleza está escrito en el lenguaje matemático», de ahí que muchos científicos decidan declarar a las matemáticas como el lenguaje universal, sin embargo, no todos tenemos la oportunidad de aprender matemáticas, mientras que el privilegio de experimentar un beso lo hemos tenido todos, por mucho que varíen las formas o tipos de cultura en cultura. No por nada se le han escrito poemas, ensayos, libros enteros, se le han dedicado obras de arte, películas y canciones. De pronto ya no suena tan ridículo celebrar los besos…

El ósculo ha sido considerado un tipo de droga natural, ¡es adictivo! Y bueno, esto se debe a que cuando besamos (o nos besan) liberamos oxitocina, dopamina y endorfinas, traducción: nos ponemos contentos. ¡Y cómo no, si se siente re-bonito! Piensa en un beso apasionado de tu pareja (o de tu crush), un beso reparador de tu mamá o abuelita, un beso babeado de tus hijos (o perrhijos), el beso confortante de algún amigo o amiga, el beso juguetón de con quien empiezas a salir… ¡Ya hasta se me antojó!

Así que celebremos este día llenando de besos a nuestros seres queridos y a desconocidos también, seamos besucones, pues más vale que sobre y no que falte.

Es más, ven… Bésame, bésame mucho… pero en lo oscurito porque me chiveo.

Besos con causa: Amnistía Internacional tiene una impactante galería que nos presenta una variedad de besos cuyos protagonistas viven historias difíciles alrededor del mundo. No solo para demostrar que ciertamente el lenguaje del beso es universal, sino para recordarnos que, incluso en las desgracias más terribles, el calor del cariño puede ser reconfortante. Visítala aquí y, si tienes la oportunidad, no dudes en ayudar a los más necesitados, si no es hoy, ¿cuándo?


[1] De la Gándara, Jesús. (2009). El Planeta de los Besos. España: Euromedice Editorial.

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