En México es muy común que la cena navideña y las reuniones familiares ocurran el 24 de diciembre; a diferencia de otros países, donde esto se lleva a cabo el día 25. Esto puede llegar a generar una confusión evidente: ¿24 y 25 de diciembre son la misma festividad?
Si nos vamos directamente a los calendarios que suelen repartir en los negocios locales por estas fechas, podemos ver que el 24 de diciembre está señalado como Nochebuena; mientras que el 25 está marcado como Navidad. Así que no, no son la misma festividad.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ambas fechas? Sigue leyendo.
24 de diciembre, Nochebuena
Estrictamente hablando, Nochebuena no es más que la víspera de Navidad; es decir, es un día antes de la festividad principal. Es por ello que en muchos países el día 24 transcurre con normalidad.
Ahora bien, el origen de la Nochebuena es de carácter religioso; puesto que por el siglo X se realizaba la Vigilia de la Navidad, más comúnmente conocida como la Misa del Gallo. Esta solía llevarse a cabo en la madrugada del 24 y 25 de diciembre.
Actualmente, la connotación religiosa es más bien casi nula y la ceremonia no se lleva a cabo en la medianoche.
En otras palabras, la Nochebuena es la fase de preparación para recibir la Navidad.
25 de diciembre, Navidad
Ahora bien, la Navidad es ya la festividad principal y es bien sabido que se trata de la mayor celebración cristiana y católica; pues es la fecha en la que se atribuye el nacimiento de Jesús.
Sin embargo, esta celebración tiene su origen en las fiestas paganas llevadas a cabo durante el solsticio de invierno.
Una de ellas es la Saturnalia, que se realizaba en honor al dios Saturno, divinidad agrícola; y que se caracterizaba por los festejos llenos de excesos, los cuales no se castigaban. Asimismo, se hacían intercambios de pequeños regalos y los sectores más humildes iban de puerta en puerta, cantando a cambio de comida.
Otra de estas celebraciones paganas es la Juvenalia, la cual celebraba la infancia y le rendía culto a Mitra.
Finalmente, la fiesta pagana más reconocida es la de Yule, en Escandinavia, que iniciaba el 21 de diciembre. En esta celebración, solían quemar un tronco y ofrecer grandes banquetes durante 12 días, mismos que aseguraban la fertilidad de los campos y la abundancia.
A pesar de que son los festejos más reconocidos, lo cierto es que son muchas más fiestas, las cuales se fueron conjuntando, dando lugar a la forma en que celebramos la Navidad actualmente.
Tiempo de pasar en familia
En nuestros días, también ha influido la mercadotecnia, de ahí la adaptación de Santa Claus, el árbol de Navidad, la decoración y la costumbre de dar regalos.
De cualquier forma, estas fechas son el pretexto perfecto para convivir en familia, para dejar a un lado la negatividad que permea el resto del año, para hacer enmiendas con otros, para permitir que el amor y la paz gobiernen —aunque sea por un rato—; pero sobre todo, para empaparnos de esperanza y fortalecer los lazos que nos unen a quienes más nos importan.
¡Felices fiestas!