Cuando Mariana tenía 10 años, ya había recibido toda clase de golpes, humillaciones, y ridiculizaciones, claro, sin exageraciones, nada que la llevara al hospital; al final todo era por “su bien”, solo castigos “correctivos” para que entendiera y se convirtiera en una niña “educada”, ella era la culpable de que mamá y papá salieran de su control.
Mariana ya estaba acostumbrada, vivía con el estrés constante de tratar de ser desapercibida, jugaba a que desaparecía, trataba de no hacer ruido, de no pedir nada y entendió perfectamente que todo eso se lo merecía. ¿Te suena?
Durante mucho tiempo hemos sido testigos o activos de las cifras alarmantes que se presentan ante este terrible tema. Agresiones y maltratos cometidos contra la infancia. En México residen casi 40 millones de niños, niñas y adolescentes, y el 63% (25 millones) recibe violencia cotidianamente: golpes físicos, humillaciones, ridiculizaciones.
Así se presenta esta triste realidad.
El 4 de junio se conmemora el Día Internacional de los Niños Inocentes Víctimas de Agresión, el propósito es reconocer el dolor que sufren los niños y niñas en todo el mundo. Niños víctimas del reclutamiento como soldados, el homicidio, la violencia sexual, el secuestro, los ataques contra escuelas. El dolor de Mariana, Juan, Pedro, Sofía y millones de niños más, víctimas de la violencia que nace en el núcleo familiar y que se ha normalizado por la sociedad.
La pregunta es ¿qué estamos haciendo para prevenir esta situación en lugar de solo reconocerla y lamentarla?
Estas cifras nos duelen, pero esperamos que no sea dolor, sino también que sea una llamada a la conciencia, a la reflexión, pero, sobre todo, a la acción.
La UNICEF propone en un comunicado “la violencia sexual infantil seguirá a la alza, por ello urge reforzar la protección infantil, realizando mecanismos PREVENTIVOS ante el incremento de la violencia contra la infancia”.
Convirtámonos en protectores de la Infancia, por el bien de ellos, por el bien de todos, ni una víctima más.