La incomprensible psique de la metodología moderna en los valles hermosos, de por sí, ya abandonados…
Estar en el hoyo y escarbar hacia abajo, en lugar de hacer una escalera, y sí les das la escalera, la queman. Solo los mediocres defenderán la mediocridad entre ellos, porque no saben reconocer lo grandiosos que pueden ser.
Se defienden entre ellos para no abrir su mente, y hasta se dan el hilo y la aguja para cerrar más su, ya de por sí, mediático cerebro comprimido.
No se trata de insultos, sería una tontería, resulta incomprensible por qué teniendo la medicina enfrente se tiran la cuchara entre ellos para no tomársela, así son. Pero quién los culpa, no tienen más de lo que se merecen, porque sienten no poder con tanto, jamás han conocido otra cosa; y lo diferente siempre da miedo, por el simple hecho de «más vale malo por conocido que bueno por conocer», aunque el conocido sea pésimo, pero allí siguen, sin analizar siquiera la vida zombi y vacía que tienen.
Instructor no es aquel que encierra a sus alumnos en un triste andar de su propia vida; un verdadero profesor enseña a crecer a sus pupilos, les enseña a volar y a tener la mente abierta… por aquí no encaja ninguno porque en la ausencia de su trascender por esta vida, solo les quedó el temor a lo nuevo, y en su defensa, la crítica carente de argumentos, los acerca más a un mitote primitivo que la alusión a su quehacer profesional.
Certificaciones, titulaciones y acciones concretas congruentes, es lo que hace temblar hoy en día ante lo nuevo, sus propios temores les hicieron ser repudiados por aquellos que algún día les admiraron.
Sin embargo, se vuelve incomprensible la psique de un hermoso valle verde que, aun estando en el hoyo, le escarban hacia abajo y aman tanto su irracional creencia que, capaces y convincentes, queman vivo con su propia madera al carpintero que desea ayudarles a hacer una escalera a un cielo más alto.
Mas algo es verdad, ni políticos, ni catedráticos, creyentes o ilustres personajes están listos para esta conversación, porque han elegido «protegerse entre ellos», aunque sea un acto de irracional locura y la cruz de su ausente sentido común. La vida sigue, el mundo gira, y hay que recordar que, en el espacio infinito, dura más una roca en el universo, que una torpe y testaruda civilización.
