La cuesta de enero

Por: Lily Figueroa

 

No todos gastamos dinero a lo loco durante el mes de diciembre, es más, los emprendedores aprovechamos el último mes del año para generar más dinero, por tanto, de la cuesta que te hablaré, aunque en parte es de economía, le daremos más peso al trabajo psicológico que este requiere.

La capacidad de resiliencia se pone como primera habilidad que tendremos que aplicar para dicha cuesta, los que amamos el negocio propio y la libertad financiera, pero que además estamos empezando a desplegar nuestras alas, este mes nos exige ser resilientes, resistir el cambio de precios en el mercado, el cambio de gobierno, los conflictos globales, tanto, que se nos reclama trabajar más duro que nunca, aunque no haya gas en la estufa, dinero para la comida, el auto requiera mantenimiento, o pueda enfermar uno, no es momento de parar, hay que recordar que cuando estamos a punto de llegar a la cima de la montaña, la vereda es más estrecha y empinada que nunca.

El mes de enero representa el suplicio que padecerán muchas personas; sin embargo, significa también, que haremos depuración de gente tóxica, alejarnos de los que se quejan, y agradecer al destino, a Dios, a nuestro propio trabajo por lo poco o mucho que tengamos en nuestras manos; claro, todo se vuelve más fácil cuando vuelas con aves de tu calibre, al menos eso lo agradezco, no es fácil encontrar gente tan apasionada, dinámica y con ganas de comerse al mundo entre tanto zombi sistematizado, son pocos los que nadan en la corriente correcta, ellos te pueden ayudar a aligerar la carga del mes de enero, aléjate de gente que no aporte nada en tu vida, la subida ya es pesada como para llevar lastres en el camino.

Aunque para ser sincera, a veces sí cansan mental y físicamente las cuestas y las crisis, cuando te sientas así, sólo tómate media hora para ti, medita, consiéntete, respira, y sigue, continúa practicando la resiliencia, en la cuesta de enero, que en un par de años te aseguro que reirás en un restaurante de lujo, en un hotel al otro lado del mundo, con tu negocio ya estable, al recordar las veces que por alcanzar ese sueño, te quedaste hasta sin dinero para comer, pero vaya que valdrá la pena.

 

 

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