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Dejemos los mitos y seamos guías formales en la educación sexual de nuestros hijos. Por: Carolina López

Tememos abordar estos temas porque pensamos que despertaremos su curiosidad a temprana edad, en gran medida nos reusamos a hacerlo porque tenemos miedos, tabúes, historias que nos marcaron con mitos que son difíciles de quitar. Por lo tanto, queremos hacerlo cuando sean más grandes, cuando sean mayores de edad, porque a esa edad ya se nos hace prudente que inicie “su vida sexual”… Pero les tengo una noticia: la sexualidad inicia con la vida del ser humano. Sí, desde que está en el vientre, desde que  los cromosomas están haciendo su trabajo, formando a un niño o a una niña; es decir, dando el sexo de ese bebé. Y cuando nace, le posicionamos el género con el que nació “es niña”, a comprarle cobijita rosa; “es niño”, a comprarle pantaloncito azul, a comprarle cochecitos o a comprarle la muñequita. A formarlo socialmente con los estándares establecidos.

Nos debatimos entre el asombro, el temor y la vergüenza cuando pensamos en un bebé como una persona sexuada capaz de sentir placer. Admitir esto es difícil para muchas personas que fueron educadas con la idea de que la sexualidad es mala, solo es para los adultos, hablar de sexualidad es hablar solo de erotismo y, por lo tanto, no se habla de ello.

Mitos más frecuentes:

1. Pensamos que hablar de sexualidad es hablar únicamente de erotismo.

2. Dejamos de hablarlo porque pensamos que solo un experto debe tocar estos temas, y yo no me siento preparado.

3. “Ellos saben más que nosotros”. Ahora, con el internet “sabe más que yo”.

4. Los niños y más los adolescentes no quieren hablar de sexo con sus padres.

5. Aún es pequeño, perderá su inocencia. Déjalo que crezca.

¿Qué puedo hacer?

1. Toma conciencia: “Si no tomas tú la batuta, la sociedad lo hará por ti”.

2. Prepárate, no tienes que ser experto en el tema. Tú tienes sentido común, valores e historia más desarrollados.

3. Toma como oportunidad cada momento para instruirle en el tema, cuando ves una escena de amor, violencia, erotismo, etc, es momento de aprovechar y preguntar ¿qué piensas sobre la protagonista que se enamoró de un niño de su escuela? Recuerda, no hay tiempos perfectos.

4. Cuando te pregunte, es importante darle una respuesta. Se vale no tenerla, y también se vale decirle que no lo sabes, pero que lo investigarás, y lo investigas, nunca vayas a dejar pasar esta oportunidad, porque entonces dejará de preguntarte.

5. Explícale con tranquilidad, date tu tiempo, no respondas con prisas, tómalo como una oportunidad de comunicación.

6. Cuando platiques, ponte a la altura de sus ojos. Míralo de frente y deja cualquier cosa que estés haciendo, nada es más importante que afianzar esos momentos.

7. No te rías, burles o castigues por ningún motivo, esto hará únicamente que se cierre la comunicación y la confianza.

8. De vez en cuando saca historias, experiencias y anécdotas tuyas, esto hará que él o ella te vea con más empatía y sepa que pasaste por lo mismo, y que tu experiencia es más valiosa que toda la enciclopedia.

9. Y siempre observa a tu hijo y trata de ir investigando los cambios físicos, emocionales y de comportamiento sobre su sexualidad para que, sin miedos ni prejuicios, te conviertas en guía formal de la educación sexual de tu hijo, verás que se afianzará la confianza y comunicación en todos los aspectos de su vida.

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