Todos hemos escuchado alguna vez que alguien de nuestro alrededor se somete a alguna dieta restrictiva, ya sea para un evento social, o simplemente para poder entrar en un vestido y sentirse mejor. A primera instancia, todo suena muy bien, pero si lo miramos desde un enfoque más profundo, esto perjudica más de lo que beneficia.
Cuando escuchamos la palabra dieta, nos ponemos a la defensiva; sabemos que viene un estrés a nuestra vida, un estilo de vida con base en restricciones, llena de ansiedad y culpa; y el causante de este fenómeno es una cultura llamada “la cultura de la dieta”.
La cultura de la dieta es aquel sistema de creencias, que te somete a juicio tu cuerpo, y provoca una necesidad de querer encajar en un estereotipo de belleza superficial, donde solo existe un tipo de cuerpo ideal y si no encajas en él, deberás de hacer lo imposible para lograr estos cánones de belleza; si no, significa que estás “roto”.
Como nota para entender mejor, debemos de recordar que el capitalismo necesita estos estereotipos para crear necesidades y poder vender; y estos cánones de belleza son creados por el mundo del fitness, la industria del modelaje, las redes sociales, el cine, etc.
Un ejemplo de ello es cómo se le ha indicado a la mujer, a través del tiempo, cómo es que debe de mantener un cuerpo “ideal” para poder ser validada. Entonces, ¿qué sucede cuando tu cuerpo no encaja en este modelo?, lo sometes a dietas, fajas, cremas, pastillas, inyecciones, liposucciones, entre otras cosas. Con esto, las más beneficiadas son todas estas industrias que generan grandes cantidades de dinero a costa de nuestra salud mental, provocando situaciones de ansiedad, depresión, baja autoestima, insatisfacciones corporales y estrés en las personas; y en casos más extremos ocasionan trastornos alimenticios, como la bulimia, anorexia, trastornos de atracones, etc.
Esta misma cultura es la que responsabiliza y juzga a las personas con sobrepeso y obesidad, bajo la famosa frase “come menos, muévete más”, ignorando todos los factores psico-sociales que intervienen en la alimentación de un individuo, generándoles estrés crónico, aumento de cortisol en sangre, ansiedad y depresión.
Francisco Elías García Borunda
Nutriólogo especializado en psicología de la nutrición