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Donación de sangre, ¿voluntaria o a fuerza?. Por Verónica Versandy

Auxilia Verónica Versandy a CDC con sus colaboraciones

Hay un dicho que dice “que la gente solo se acerca al pozo cuando tiene sed”, esto es sabiduría popular, y se refiere a que muchas veces únicamente buscamos hacer o pedir un bien cuando tenemos la necesidad y no precisamente como para prevenir o prepararse ante una situación. Esto aplica también respecto a la donación de sangre, pues lamentablemente este es un acto que se ejecuta más cuando es donación de sangre por reposición que de manera voluntaria.

¿Y esto qué quiere decir? Que la mayoría de las personas no se acercan por su propia voluntad a donar sangre, a menos que tengan un familiar o un ser querido en proceso de una cirugía —planeada o por algún traumatismo accidental—, entonces sí van “obligadas” a hacer dicha donación, no porque quieran, sino porque tienen la necesidad, por eso se llama donación de reposición, para reponer unidades sanguíneas en caso de que su paciente lo requiera.

Pero ¿tú sabías que una sola donación de sangre puede ayudar hasta a cuatro personas? Además, la donación de sangre es saludable porque ayuda a regenerar las células sanguíneas; es decir, al donar una unidad de sangre se estimula a la médula ósea roja, que es donde se produce la sangre en el cuerpo, y en un periodo de 24 horas ya se recupera todo el volumen donado con nuevas células, como hematíes (glóbulos rojos o eritrocitos), que transportan el oxígeno a través del sistema circulatorio. Esto es fascinante.

Se escucha muy a menudo un frase que dice “Si fuera necesario, yo moriría por mi hija, hijo, madre, padre, esposa o ser querido”, pero… y ¿si en vez de morir mejor damos vida para esa persona? Porque una o un donador de sangre en realidad no se sacrifica, no pierde calidad de vida, ni disminuyen sus defensas o capacidad vital, siempre que sea una persona sana, podrá compartir de su sangre dando vida sin afectar a nadie, ni siquiera así mismo. Además, sabiendo que donar sangre no nos cuesta ni nos afecta, y contamos con nuestro propio sistema de autorregeneración de la misma, también podemos reflexionar que al hacer una donación para “algún desconocido” en realidad estamos ayudando a salvar la vida del familiar o ser querido de alguien más.  ¿Estarías dispuesta o dispuesto a recibir la ayuda de algún desconocido siempre que pudiera salvar tu vida o la de tu ser más amado? Si es así, ¿consideras que tú puedes ser “ese alguien” que ayude de manera desinteresada compartiendo el regalo de seguir vivo a otro ser humano? ¡Claro que puedes!

Es muy sencillo y simple de hacer, y para un o una paciente en estado crítico le será de vital ayuda esta pequeña-gran acción tuya.

Los requisitos básicos para ser donador o donadora son:

  • Estar saludable.
  • Tener entre 18 y 65 años de edad.
  • No tener cirugías, tatuajes o perforaciones en menos de un año.
  • No estar tomando medicamentos.
  • Pesar más de 50 kilos.
  • No tener factores de riesgo como el empleo de drogas intravenosas o prácticas sexuales de riesgo.
  • Acudir con ayuno mínimo de 4 horas y máximo de 8.
  • Evitar comer grasa 24 horas antes de la donación.

Acude cuanto antes al banco de sangre de tu localidad y comparte vida.

Referencias:

Guía para el uso clínico de sangre, Sector Salud; Asociación Mexicana de Medicina Trasfuncional AC; Agrupación Mexicana para el Estudio de la Hematología AC.

https://www.ammtac.org/docs/GuiasTransfusion/GuiaParaElUsoClinicoDeLaSangre.pdf

IMSS jornada de Donaciones de Sangre Itinerantes.

http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/202007/507#:~:text=Precis%C3%B3%20que%20los%20requisitos%20para,24%20horas%20antes%20de%20la

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