Un día como hoy es importante por diversos motivos en la historia. Por ejemplo, podemos citar acontecimientos como el 17 de octubre de 1953: La mujer mexicana adquiere igualdad de derechos que los hombres ante la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Asimismo, esta fecha conmemora la abolición de la esclavitud ordenada por Miguel Hidalgo y Costilla en 1810, buscando impulsar y promover la lucha por eliminar las prácticas y actitudes que afectan el ejercicio de los derechos y libertades fundamentales en todos los ámbitos.
En esta ocasión nos enfocaremos al Día Mundial de la Seguridad de los Pacientes. Con esta efeméride proclamada en 2019 se busca promover acciones para fomentar la seguridad y calidad en la atención de la salud de personas.
¿Qué es el Día Mundial Contra el dolor?
Es un evento promovido por la International Association for the Study of Pain (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y cuyo principal objetivo es el de mejorar la calidad de vida de las personas que sufren dolor, así como el de mejorar el conocimiento y aumentar la concienciación sobre este tema.
El 11 de octubre de 2004 se reunieron en Ginebra (Suiza), la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), la Federación Europea del Dolor (EFIC, también en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como coesponsor y establecieron la fecha 17 de octubre como el Día Mundial contra el Dolor.
El objetivo de este día es hacer un llamado sobre la necesidad de encontrar con urgencia alivio al sufrimiento que padecen las personas con enfermedades que son causantes de dolor.
Según las estadísticas más recientes, una de cada cinco personas padecen dolor crónico de moderado a grave, y una de cada tres no puede mantener un modo de vida independiente debido a las dolencias.
Se calcula, por ejemplo, que entre la mitad y las dos terceras partes de quienes sufren dolor no pueden hacer ejercicio ni dormir normalmente, además de que no siempre son capaces de desempeñar tareas caseras, conducir un auto, caminar, tener relaciones sexuales, ni participar en actividades sociales.
El dolor es un mecanismo adaptativo que nos ha permitido sobrevivir como especie: nos advierte del peligro, de la enfermedad, de las lesiones. Sin embargo, el dolor, cuando se hace crónico o no se elimina en su fase aguda, es también enemigo de la salud según la Neurología.
También se afirma que el dolor es un fenómeno subjetivo muy complejo que tiene un componente sensorial y un componente afectivo. No todo el mundo experimenta un estímulo doloroso del mismo modo, y esto tiene mucho que ver con la propia personalidad, con el estado de ánimo y con el tipo de educación que hayamos recibido.
Sin embargo, lo que sí es un hecho es que todos sufrimos dolor en algunas ocasiones, pero hay muchas personas que sufren dolor durante mucho tiempo, de forma crónica, con poco o ningún alivio.
El dolor funciona como mecanismo de nuestro cuerpo para avisarnos de que algo no funciona bien. Puede actuar como amigo o enemigo, aunque la causa más frecuente es por la detección del organismo de una lesión en los tejidos o una enfermedad.
En ocasiones puede aliviarse con analgésicos o antiinflamatorios, aunque si es agudo deberá acudirse al médico. Sin embargo, si el dolor no desaparece y se convierte en crónico, se puede estar ante enfermedades más serias, como la artritis o la fibromialgia.
El tratamiento del dolor crónico requiere de la actuación de un médico especializado en esta área o una unidad de tratamiento del dolor. Ahí, los pacientes son tratados por profesionales de la salud expertos en problemas de dolor crónico severo. Estos departamentos cuentan con un equipo multidisciplinar compuesto por anestesiólogos, enfermeras y/o psicólogos, además de otros médicos especialistas, según se requiera.
Para tratar el dolor se pueden recurrir a distintos tipos de medicación, apoyo psicológico, inyecciones… En el caso de optar por los fármacos, será un profesional quien decida, en función del tipo de dolor a tratar, la medicación adecuada.
Finalmente, los recursos de salud limitados no deben ser un impedimento para que los enfermos y sus familias tengan acceso a los tratamientos paliativos y de alivio del dolor.
Generemos conciencia sobre este tema que afecta a miles de personas y que puede ser padecido por alguien cercano o nosotros mismos.
Sabemos que no podemos acabar con el dolor crónico desde la red, pero creemos que con #diamundialdolor podemos hacer visible lo invisible recordando (al menos durante un día) lo que sufren todo el año personas que viven a nuestro lado con dolor crónico.