Me siento muy bien al caminar por mi ciudad, me relaja mucho y puedo disfrutar del hermoso día que hay esta mañana. Estoy muy emocionada por encontrarme con Maya y Nicolás en el parque, no nos hemos visto desde hace un mes por la escuela, y los extrañaba mucho. Al llegar al parque todo está muy tranquilo, hay algunos niños jugando en los toboganes y columpios, los adultos conversan entre sí, el clima es perfecto y el cielo está despejado. Creo que llegué un poco temprano, no veo a Maya ni a Nicolás, así que voy a la fuente nueva en la que acordamos vernos. Es una fuente muy hermosa, está un poco apartada, así que es bastante tranquilo ahí, es muy limpia, hay flores alrededor y tiene agua cristalina. Decido acercarme un poco más, pero cuando lo hago descubro un cadáver en la fuente; me quedé inmóvil, sentí que me iba a desmayar o a vomitar, tal vez las dos, sentí un nudo en la garganta y se me heló la sangre, no, no lo podía creer, seguramente era alguien más, o solo mi imaginación haciéndome una mala broma; no lo comprendía, no lo quería creer, justo esa mañana antes de salir al parque la había visto, sana y salva. ¿Cómo es que ella había acabado ahí? ¿La habían matado, se suicidó? Nada de eso tenía sentido ¿Y por qué todos estaban tan normales, tan felices, si el cadáver de mi hermana estaba en la fuente de un parque?
No me podía mover o hablar, ni siquiera pensar; era como estar en un trance.
Maya y Nicolás llegaron, se me había olvidado por completo que fui al parque para reunirnos. Maya me preguntó por qué es que estaba como piedra viendo la fuente. ¿Qué acaso no se daban cuenta del cadáver de mi hermana?
Como yo no respondí nada y tampoco dejaba de observar la fuente, Nicolás se acercó a verla, y en cuanto miró el reflejo de la fuente se puso pálido de inmediato; yo estaba esperando que me abrazara o me preguntara cómo estaba, qué había pasado, o algo por el estilo; en vez de eso solo cayó de rodillas y se puso a llorar; me enojé con él, ¡yo era la que había perdido a mi hermana! ¿Por qué no me estaba consolando?
Parecía que Nicolás quería gritar con todas sus fuerzas, pero lo único que consiguió decir fue una palabra ahogada que me dejó sin respiración: “mamá”, me quedé muy confundida, algo estaba mal, cómo es que si yo había visto a mi hermana, él decía mamá; algo raro estaba pasando ahí, así que le pregunté a Nicolás exactamente qué es lo que veía en la fuente y me dijo que vio el cadáver de su mamá, pero que no entendía cómo, si la había visto hace una media hora.
Entonces fui con Maya y le pedí que fuera a la fuente y que me dijera qué es lo que veía; ella me miró un poco confundida por aquella pregunta, luego se acercó, cuando vio hacia la fuente se puso tiesa, pero un segundo después su expresión cambió, se veía muy confundida, se volteó hacia mí y me dijo que veía a su hermano menor. Nicolás, al escuchar esto, paró un poco de llorar y al igual que Maya puso cara de confusión y me preguntó cómo es que algo así podía pasar.
Entonces hundí mi mano en la fuente sin saber exactamente qué esperar, pero no encontré nada sólido, solo agua y ya.
Después de un rato sin que nadie hablara, yo dije que tal vez solo era una ilusión que se reflejaba en la fuente; no tenía mucho sentido, pero tal vez era lo más lógico en esa situación.
Al final acordamos jamás volver hablar de esta fuente con nadie; al fin y al cabo, quién nos creería.
Llegué a mi casa una hora más tarde y encontré a mi hermana, fui corriendo hacia ella y la abracé con todas mis fuerzas, luego empecé a llorar, jamás en mi vida había estado tan feliz de verla, me empezó a ver raro, ya que yo normalmente no la abrazaba, pero no me importó, estaba feliz de que estuviera aquí, sana, sonriente y, sobre todo, viva.
Varios años después seguía recordando aquel día y aquella fuente misteriosa con tanta claridad como si no hubiera pasado el tiempo; seguía sin contarle a nadie acerca de la fuente de agua cristalina que, al mirar su reflejo, te muestra el cadáver de la persona que más amas.
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