Por Shiray González Pérez
En la actualidad son más las familias que deciden separarse, ya sean que se hayan casado o no. A partir de ese momento inicia una serie de situaciones y cambios en la dinámica y estructura familiar. Cuando hay hijos de por medio, esto puede ser más complicado y dependerá de varios factores, tales como el motivo de la separación, la forma en como han decidido separarse, los problemas que la pareja ha tenido a lo largo de su relación, además es importante las etapas en la que se encuentran los menores, etc.
Desafortunadamente, en muchas ocasiones, el manejo de estas separaciones no se lleva a cabo en un ambiente pacífico. Los adultos se enfocan en sus problemas de adultos y dejan a un lado lo que los niños pueden estar viviendo y sintiendo durante ese proceso. Lo cual afecta, de manera significativa, a niños y adolescentes. Ellos pueden vivirlo como una fractura de su sistema familiar, de manera dolorosa, pueden sentirse solos, abandonados, confundidos o hasta sentirse como un trofeo que sus padres pelean por obtener. Todo esto los lleva a vivir un proceso de duelo ante la pérdida de su sistema familiar.
Los adultos pueden necesitar trabajar el duelo por la pérdida:
· De su pareja.
· De una relación conyugal.
· De sus fantasías sobre la familia ideal.
· Por las pérdidas implícitas en los cambios que se producen (mudanzas, nuevos empleos, cambios en el estilo de vida, etc.) .
Para los niños tambien se debe considerar trabajar el duelo por la pérdida:
· De uno de sus padres (aunque el que no vive con ellos los visite regularmente).
· Por la menor disponibilidad del otro progenitor, si este iniciará una nueva relación.
· De la estabilidad familiar y emocional.
· Del concepto de familia que habian estado construyendo.
· Por las pérdidas implícitas en los cambios que se producen (nuevo lugar de residencia, nueva escuela, pérdida de los amigos, etc.).
Así que si estás pasando por alguna situación de separación, es importante que sepas que este proceso no es fácil para ninguna de las partes involucradas, pero la forma en cómo se lleve, en cómo los adultos manejen la situación y sus diferencias, así como la manera en cómo se hable y maneje con los niños, puede hacer una gran diferencia en su estabilidad emocional. A continuación te mencionamos algunos aspectos importantes para considerar:
- Explicarles a los hijos la situación, de acuerdo con su edad.
- Hablar acerca de la nueva modalidad de familia que tendrán.
- Manejarlo como una decisión de adultos, en donde ellos no son responsables de lo que está pasando en su familia.
- Fortalecer la seguridad y confianza de que ellos seguirán siendo sus padres, aunque ya no estén juntos.
- Incrementar la expresión afectiva hacia ellos en este momento de vulnerabilidad.
- Explicar los cambios en su vida que implica esta decisión (residencias, escuela, rutinas, etc.)
- Evitar pasar el conflicto de pareja a los hijos, intentando que ellos tomen partido por alguno de los padres.
Kimberly Scarlett Schiels Méndez es psicóloga y especialista de Psideh.
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