Los agresores pueden atacar a una amplia gama de personas, y su elección de objetivos depende de varios factores. Es muy importante tenerlos en cuenta. Muchas veces podemos ayudar a nuestros hijos simplemente sabiendo qué tipo de niños o individuos puede victimizar el agresor. A continuación se muestran algunos grupos comunes a los que los agresores pueden dirigirse:
1. Individuos físicamente más débiles o más pequeños: Los acosadores pueden atacar a aquellos que perciben como físicamente más débiles o más pequeños porque creen que pueden ejercer fácilmente poder y control sobre ellos. Esto podría incluir personas más jóvenes, de menor tamaño o con discapacidades físicas.
2. Individuos con diferentes intereses o apariencias: Los acosadores pueden apuntar a personas que se destacan o son percibidas como diferentes de la corriente principal, personas que simplemente lucen diferentes o incluso simplemente les gusta vestirse de manera diferente. Esto podría incluir personas con diferentes pasatiempos, intereses, orígenes culturales o apariencia física. Los agresores pueden utilizar estas diferencias para ridiculizar o degradar a sus víctimas.
3. Estudiantes de alto rendimiento académico: en algunos casos, los acosadores pueden apuntar a personas que sobresalen académicamente. Esto puede deberse a sentimientos de celos, inseguridad o el deseo de socavar los logros de los demás.
4. Individuos LGBTQ+: Desafortunadamente, las personas que se identifican como lesbianas, gays, bisexuales, transgénero o queer (LGBTQ+) pueden correr un mayor riesgo de ser blanco de acosadores. La homofobia, la transfobia y otras formas de prejuicios pueden dar lugar a comportamientos de intimidación hacia personas LGBTQ+.
5. Personas de otros países: Los acosadores pueden apuntar a personas que son de un país diferente al suyo. Especialmente si son de diferente origen étnico o cultura.
Es importante señalar que el acoso puede ocurrir por diversos motivos y puede afectar a cualquier persona, independientemente de sus características o antecedentes. Sin embargo, ejerciendo el perdón y acercándonos a los adultos, los maestros y las organizaciones escolares podemos trabajar con el acosador para detener el acoso a nuestros hijos de una vez por todas.
