Un gran reto es lo que hemos enfrentado desde la perspectiva docente en los últimos cinco meses. El compromiso con la búsqueda de herramientas tecnológicas y digitales para poder continuar con la enseñanza, tanto en la educación básica, como en la profesional. Abandonamos la zona de confort para crear y diseñar estrategias que nos permitan captar el interés del alumnado, quien se encuentra al otro lado de la pantalla.

Ahora, que iniciamos un nuevo ciclo escolar a distancia, nos vemos en la necesidad de romper paradigmas para planear nuestras clases de manera dinámica, divertida y lúdica, que coadyuve a que niñas, niños, adolescentes y adultos aprendan. Estamos convencidas que la clave está en despertar la creatividad; como docentes, algunas veces permitimos que permanezca dormida. Es momento de ponernos en acción y sacar todos los recursos que hemos aprendido y que nos motivaron a llevar a cabo tan hermosa labor que conlleva el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 A través de ejercicios y guías de estudio, maestras y maestros, empezamos a enviar y recibir tareas del alumnado. Así dio inicio una odisea de dar clases aprovechando el uso de medios digitales como celulares, tabletas, computadoras, etcétera. Desempolvamos incluso, plataformas de uso particular en algunas escuelas, motivando el acceso de multimedia para enseñar vía remota. Las circunstancias apremiaron el aprendizaje y uso cotidiano de plataformas digitales, de comunicación, procesadores de texto, videos educativos de edutubers, entre otras.

Cabe destacar que al profesorado nos convirtió al mismo tiempo que nuestros/as estudiantes, en aprendices. Aquí yace la responsabilidad del uso de determinadas herramientas, el ingenio y la creatividad que logramos llevar a cabo con las primeras graduaciones virtuales, por ejemplo. Aún cerca del fin de cursos ya nos encontrábamos en capacitaciones para el uso de plataformas electrónicas, en las que se llevarán a cabo las actividades del próximo ciclo escolar. Sin embargo, la necesidad que aclama nuestra profesión, nos ha llevado a invadir el espacio y tiempo que pasamos en casa y con nuestras familias. Adicionalmente, al trabajo que atañe la educación, tenemos como deber el aprender nuevas estrategias de enseñanza simultáneamente con atender las labores del hogar.

Nos hemos convertido en multifuncionales, extranjeras en terrenos de incertidumbre, pero con un fervor por lograr nuestro cometido con vocación. Aquí es donde ejercemos nuestra apasionada tarea, somos aprendices y enseñantes, la dedicación que hemos puesto vale cada pequeño esfuerzo por ver el futuro de miles de mexicanos y mexicanas, pendiendo de nuestras manos. Entregando con todos los recursos que tenemos a nuestro alcance, contenidos de valor.

Cobran protagonismo todas aquellas habilidades de las que mucho se siente y poco se habla: las habilidades blandas. Cómo promover la resiliencia, paciencia y responsabilidad, a quienes amamos. Cómo serlo nosotras y nosotros mismos, sin caer en la desesperación. Distribuir una gran cantidad de trabajo en el poco tiempo que tenemos, pero con una misma motivación. El fin último de la educación, queda resumido al trabajo colaborativo, participar en equipo con las familias, estudiantes y docentes; como un solo cuerpo que encontrará el desarrollo de competencias necesarias para afrontar los retos propios de la época presente y futura.

#Culturadecambio

#Seminario online 24 y 25 de septiembre

#Encuentro de Sinergias 24 de octubre 2020

#Crececonvaloresynuevoscomportamientos

Cultura de Cambio “Crece con valores y nuevos comportamientos”

Es una comunidad con más de diez años de consolidación, la cual trabaja arduamente para reforzar la comunicación de valores y transmitirlos a la sociedad de México, encaminados a generar reflexión y asimilación de nuevos comportamientos en temas como Cultura, Social, Deportes, Infantes, Jóvenes, Negocios, Salud y Empleos.