Imagen tomada de Instagram @donovandcarr

No subió al podio, pero el jalisciense Donovan Carrillo ya tiene un lugar en el olimpo del deporte mexicano. Este miércoles participó en la final del patinaje artístico individual en la justa olímpica, y consiguió una calificación de 138.44 puntos, que sumados a los 99.69 que obtuvo en la ronda de semifinales le dieron un total de 238.13, lo que le alcanzó para terminar en el lugar número 22 entre los mejores del mundo.

El logro de Carrillo ronda, sin lugar a dudas, en la proeza. Con un apoyo gubernamental que se limitó a financiar su viaje a Beijing y mensajes de reconocimiento, como los del presidente Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard, el joven de 22 años debió prepararse en pistas para amateurs en su natal Guadalajara y luego en León, Guanajuato, adonde debió trasladarse para contar con un entrenador.

A falta de patrocinadores, obtuvo recursos de amigos y allegados para continuar practicando este deporte que tiene poco arraigo entre la sociedad mexicana. “Definitivamente no ha sido fácil y lejos de flagelarme, al contario, agradezco cada situación difícil o adversa por la que tuve que pasar porque sin duda alguna me construyó como persona”, declaró el atleta a la cadena Marca Sports al terminar su participación ayer.

Justificadamente feliz, Carrillo agradeció el apoyo de su familia, de la que dijo que encontró la inspiración para competir, y ya con la mira puesta en los próximos juegos invernales, a realizarse en Milán, Italia, en 2026, ofreció que vendrán “cosas mejores para todos”.

Ya con los reflectores puestos en él, al joven tapatío le espera un reto aún mayor: nada le asegura que obtendrá el respaldo necesario para una preparación que le haga soñar con una medalla y la admiración pública se irá diluyendo. Así que deberá ser más resiliente y mantener su actitud positiva, que demuestra con su eterna sonrisa, para mantener viva la participación digna de México en los deportes de invierno.

Por ahora, ¡felicidades, Donovan!