¿Qué tienen en común las artes marciales y la música con el taoísmo?
Para responder esta pregunta me permitiré explicar un concepto proveniente del Tao:
Wu-hsin:
El fenómeno de wu-hsin o “no mente” no es una mente en blanco que se cierra a todos los pensamientos y emociones; ni es tampoco calma y tranquilidad de la mente. Aunque la quietud y la calma son necesarias, es la “no sujeción” de los pensamientos lo que constituye, sobre todo, el principio de la no mente. Un practicante de gung fu emplea su mente como un espejo: no coge nada ni rechaza nada; recibe pero no se queda con lo que recibe. Tal como dice Alan Watts, la no mente es:
“Un estado de totalidad en el que la mente funciona libre y fácilmente, sin la sensación de una segunda mente o ego vigilando con un palo”.
Lo que quiere decir es: “deja que la mente piense en lo que quiera sin interferencia por parte del pensador separado o del ego que hay dentro de uno mismo. Mientras piensa en lo que quiere, no hay absolutamente ningún esfuerzo en dejar que siga su curso, y la desaparición del esfuerzo para dejarla ir es precisamente la desaparición del pensador separado. No hay nada que deba intentarse hacer, puesto que todo lo que va surgiendo momento a momento es aceptado, incluida la no aceptación. La no mente no es, por tanto, no estar sin emociones ni sentimientos, si no que estos no sean pegajosos ni estén bloqueados. Es una mente inmune a las influencias emocionales.” (Bruce Lee. El Tao del Gung Fu, (1993). Pp. 136-137).
Un músico y un artista marcial, ambos pueden compartir sin duda la “no mente” como parte de sus ejercicios, el músico deberá dejar de pensar en sí mismo para estar presente en lo que está tocando, en ese momento él no existe, existe solo la música. De la misma manera ocurre con un practicante de artes marciales, quien al momento de entrenar de manera profunda, deja de ser él mismo y se concentra completamente en escuchar a su adversario para responder ante el estímulo que este le manda.
Bien se sabe que el poder de la respiración en las artes marciales es indispensable, así como también en la música.
Con experiencia en ambas disciplinas, tanto músico como artista marcial, puedo decir que existen maneras de relacionar ambas disciplinas, con excelentes resultados. Incorporar las respiraciones usadas en artes marciales, como el Aikido, en el estudio de la música puede generar estudiar al instrumento de manera más calmada, dando así una mayor expresividad en la música; asimismo, el conocimiento musical y su práctica pueden venir excelente en el entrenamiento de las artes marciales.
En toda vida y en toda acción hay ritmo, y puede haber música, si estamos listos para escuchar.
Artes marciales y música no dejan de ser hermanas, ambas son arte.
Manuel Andrade Turner es músico, compositor, percusionista y pianista.
Además es instructor en Jun Fan Jeet Kune Do y practicante de Aikido.
Facebook: Manuel Andrade Turner.
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