Eventos

septiembre 2024
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  

No solo es cuestión física. Por Sofía Islas

Los límites son como los miedos, por lo general son ilusiones. Desde pequeña, el deporte fue parte de mi vida, es algo que mis papás me inculcaron. Desde pequeña he recorrido varios deportes, empezando por la natación, pase por soccer, básquetbol, tae kwon do, jazz, ballet, entre otros.

Comencé mi camino deportivo desde que tengo uso de razón, crecí y ya era parte de mi rutina; salir de la escuela, ir a mis clases de baile o futbol, ir a casa, comer, bañarme y hacer tarea, sin embargo, fue hasta mi adolescencia que se convirtió en más que una rutina y más que un «solo por salud».  Fue por una lesión en la rodilla que tuve que comenzar a ir al gimnasio a fortalecer mis piernas; como muchos, al principio me costaba bastante trabajo y no era disciplinada, hasta que coincidí con amigos que les gustaba ir al gimnasio y fue ahí donde comencé a ser más constante.  Cumplir con cinco días de gimnasio fue mi primera meta, poco a poco empecé a notar cambios en mi cuerpo y fue ahí donde me empezó a gustar, no solo por la salud o por cumplir con la terapia física de mi pierna, si no por ver cómo mi cuerpo y mente podían más de lo que yo pensaba.  Después de un tiempo, empecé a involucrarme aún más y comencé a ir con un nutriólogo. Durante este camino me di cuenta de que no solo era cuestión física, iba más allá…

Posteriormente, comenzó la batalla mental. Ir sin motivación, sin ganas, con poco tiempo o acomodar mis días para poder cumplir con mi entrenamiento, la disciplina tomó un nuevo significado. Antes tenía el compromiso de ir a entrenar soccer para poder jugar el partido el fin de semana, ir a mis clases de baile para aprenderme la coreografía que iba a presentar y poder tener un lugar estelar en el escenario, pero una vez en el gimnasio, no había compromiso por partidos, por presentaciones o repercusiones si no iba; era un compromiso conmigo misma que muchas veces se vuelve el más fácil de romper. Sin embargo, una vez con un objetivo en mente, el compromiso llega solo, hasta el punto de que el entrenamiento se vuelve ese tiempo para uno mismo. Esa hora y media o dos horas se volvieron mi espacio conmigo misma, liberar la mente y salir con unos niveles de endorfinas altos. Lo que un día me costaba cumplir se convirtió en mi momento favorito del día y parte de mis no negociables diarios.

            Un día, platicando con una amiga del gimnasio, comentamos lo divertido y padre que sería ganar dinero por hacer ejercicio, lo que más nos gustaba, y aún mejor, poder tener horarios flexibles, una utopía. Al poco tiempo me habló esa amiga para decirme «¿Te acuerdas lo que platicamos? Te tengo una propuesta, una amiga va a abrir un estudio y está buscando personas que les guste hacer ejercicio y quieran ser coaches, ¿te interesa?».

Mi respuesta fue ¡sí! Me platicaron el proyecto y era ser coach de indoor cycling, nunca en mi vida había escuchado eso, mucho menos había tomado una clase, pero me dije «Vamos viendo»…

El primer acercamiento con la dueña fue ir a una clase de indoor cycling para ver cómo iba a ser todo y conocernos; una experiencia totalmente nueva que me retó por completo y se convirtió en mi nueva meta. Nunca pensé que iba a poder combinar el pedaleo con la música,  las luces y, aparte, poder dar instrucciones.

Fueron meses de capacitaciones, fines de semana de entrenamientos de 5 horas seguidas, ver el progreso poco a poco, tanto del estudio como de nosotros como coaches. Para los que no conocen el indoor cycling o el famoso «bici antro», son clases de bici en las que vas al ritmo de la música, junto con bailes y luces que ayudan a crear un ambiente totalmente diferente, normalmente duran 45 minutos. Desde el 2019 comencé a ser coach y ha sido una experiencia bien bonita, he conocido gente que me inspira a seguir evolucionando y retándome. Jamás me imaginé el impacto que tendría dar una clase, uno nunca sabe lo que cada persona está pasando, ver como en 45 minutos puedes cambiarle el día a 20 personas que se desconectan del exterior y conectan en un cuarto, compartiendo un gusto en el que te agradecen por retarlos, inspirarlos y guiarlos, es indescriptible.

Claro que en este proceso no todo ha sido color de rosa; he tenido mis altas y bajas, me ha tocado dar clases sin ganas, sin motivación o con problemas en la cabeza, sin embargo, al momento de subirme a la bici, prender las luces y poner la música, se me olvida todo y esos 45 minutos se vuelven un restart en mi día, un cambio de actitud y un full up a mi energía. También he pasado por lesiones fuertes, a tal grado de tener que parar por semanas completas en las que el tirar la toalla pasa por mi cabeza, pero con cada baja que he tenido en este camino, me doy cuenta de lo bonita que es esta pasión y me hacen volver más fuerte y siempre con una mentalidad fija: «Hoy seré mejor que ayer».

Todos los deportes que he practicado y lo que hago actualmente, que es el gimnasio y las clases de indoor cycling, me han ayudado a tener un cambio no solo físico, que claro que es importante, sino también mental, me han enseñado a conocerme y escucharme, trabajar en equipo, me han dado disciplina y responsabilidad y me han dejado en claro los siguientes puntos que espero les sirvan:  

  • Uno tiene que hacer lo que le gusta por uno mismo y no por lo que diga la gente; muchas veces nos da el miedo el que dirán o qué pensarán, si quitamos esas preguntas de nuestra cabeza, nuestra felicidad va a crecer de una manera impresionante.
  • Date la oportunidad de probar cosas nuevas, nunca sabes qué tanto te puede gustar eso desconocido.
  • Tu mente es tu peor enemigo o tu mejor aliado; nuestra mente nos puede jugar muy en contra con pensamientos negativos, pero si cambiamos ese chip, se vuelve nuestro mejor aliado y nos permite llegar a lugares que nunca pensamos que podíamos llegar.
Esta imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es logo_transparente-300x135.png