Mucho se ha discutido sobre el origen del día de San Valentín, que si es un invento de un santo para institucionalizar la religión hace ya bastantes siglos, o que si es un producto de la mercadotecnia para afianzar una industria de cientos de millones de pesos, lo cierto es que en este tiempo de COVID la celebración ha tomado un nuevo sentido.
Y es que esta prolongada pandemia ha evitado la cercanía habitual entre las familias, los amigos y hasta los enamorados, quienes ansiosos quieren demostrar su amor mediante algún detalle, pues el confinamiento del 2021 se los impidió, lo que trajo una caída en las ventas hasta en un 50 por ciento en los artículos habituales de esta época: flores, tarjetas, chocolates, globos.
A propósito, ¿sabes cómo surgió esta celebración? Hay varias versiones dependiendo de la época, la más antigua se remonta al siglo III, cuando el cristianismo se expandía con rapidez por el Imperio romano, pese a los intentos de los dirigentes romanos por acabar con esta nueva fe, que amenazaba la estabilidad del Imperio. Es entonces cuando aparece la tradición de tres mártires romanos llamados Valentín.
Algunos señalan a San Valentín de Terni como el verdadero San Valentín, otras hablan de un tal Valentino que recibió martirio en África, aunque tal vez la historia más romántica sea la de San Valentín de Roma, un sacerdote romano que acompañaba espiritualmente a los cristianos que habían caído presos en las persecuciones contra los practicantes de esta fe y les ayudaba a prepararse para el martirio y la muerte.
Otra versión cuenta que se trataba de un sacerdote que, pese a que las autoridades romanas prohibían contraer matrimonio a los jóvenes soldados, por considerar que serían mejores combatientes si no tenían ataduras familiares, se dedicaba a casar a las parejas en secreto según el rito católico.
Cuando fue descubierto, Valentín fue sometido a martirio y finalmente decapitado.
Hay una versión más que en la que el sacerdote Valentín fue apresado y se enamoró de la hija de su carcelero, a la que dedicó una apasionada carta de amor que firmaba como “de tu Valentín”, lo que se convertiría en el origen de la tradición de enviar las cartas y postales de amor que intercambian los enamorados cada 14 de febrero. Sin embargo, la Iglesia dudaba de esta historia que tenía tintes de leyenda y festividad fue eliminada del calendario eclesiástico en 1969.
Para el siglo XX, en los países anglosajones comenzó la tradición de intercambiarse postales con mensajes amorosos en el Día de los Enamorados. A esta costumbre se sumaría la de obsequiar a la pareja con otros regalos como rosas, bombones y joyas.
Más tarde, el comercio y la publicidad recogieron la figura de San Valentín, e incluso ensalzaron las flechas de cupido y las aprovecharon para convertir el 14 de febrero en una fecha señalada para festejar a los enamorados y aumentar las ventas.
Pero más allá de lo económico, una de las lecciones que ya dejado esta crisis sanitaria es valorar a quienes tenemos al lado, y no solo eso, también dan ganas de demostrarlo y hacerlo de muchas maneras, así que no importa la forma… ¡hay que demostrar el amor!