¿Es la obesidad realmente una enfermedad?
Por: Dr. Homero Santiago/Células Contentas/Nutriólogo
Culturalmente entendemos que la palabra obesidad es una enfermedad causada por una alimentación llena de excesos (de calorías, alimentos, sedentarismo) e incluso por herencia. Sin embargo, esta definición es errónea y, por lo tanto, el tratamiento también es el equivocado.
Si como cultura supiéramos el significado real de la palabra “obesidad”, nuestra perspectiva cambiaría radicalmente, porque en principio es una cualidad y el efecto de acumular grasa es en realidad una respuesta de adaptación a la sobrevivencia.
La explicación contemporánea que se da al concepto de obesidad es: “a causa de lo que como” y se interpreta como un estado patológico por acumulación excesiva de grasa en el cuerpo; pero si buscamos la raíz etimológica significa algo muy diferente:
Del latín obs “sobre, delante de”; Esus “comido”; tat “cualidad”. O sea, “cualidad humana de comer lo que se tiene enfrente o al alcance”.
Por definición, la obesidad no es una enfermedad y lo que refiere es una cualidad natural de comer sin hacer distinción de lo que se tiene enfrente. Culturalmente, solemos asociar la obesidad con un sector de la población que presenta cuerpos alterados y voluminosos debido a una mala alimentación (rica en alimentos chatarra principalmente), falta de actividad física y herencia.
Para el común de la gente e incluso el área médica, cuando se habla de obesidad, se hace énfasis en sólo observar el efecto de manera parcial y una inadecuada apreciación de las causas. Con base en estudios de antropología biológica y social, se ha podido determinar que culturas antiguas ya veneraban a las mujeres con sobrepeso y lo asociaban principalmente a la fertilidad. Cada vez se da más validez como causa principal a la activación de los adipocitos por almacenar grasa, a la carencia sistemática de nutrientes esenciales para las células de nuestro organismo y no al exceso de calorías.
Es muy trillado hablar de malos hábitos alimenticios como causal del sobrepeso, sin embargo, habría que ser más específicos en señalar justamente las conductas y factores que contribuyen al poco o nulo suministro de micronutrientes que requiere nuestro organismo para el adecuado funcionamiento. En el planteamiento que se viene manejando desde hace varios años en el tratamiento de la obesidad, se le ha dado mucha importancia y una validación tácita a la supresión significativa de calorías y alimentos que, por sus características, según son engordativos. Nutriólogos, médicos y sociedad, buscan afanosamente el remedio infalible para controlar la ingesta de alimentos. Existen recomendaciones y dietas de moda que abordan la pérdida de peso a diestra y siniestra sin atender integralmente el fomento a la salud. Si esos planteamientos fueran ciertos o tuvieran respaldo científico, ¿por qué siguen aumentando los índices de sobrepeso y obesidad en el mundo de manera alarmante?
En mi libro best seller ¡Sin Culpas! menciono que, un problema sin resolver es un problema mal planteado. Mientras se sigan haciendo prácticas sin sentido como ayunos, dietas detox, supresión de carbohidratos para dejar a libre demanda el consumo de grasas y proteína, pastillas inhibidoras de apetito o las famosas quema grasa, licuados sustituyendo desayunos y cenas, etcétera, sin personalizar y adecuar los momentos de cada persona, seguiremos engrosando las filas de personas gorditas y frustradas cansadas de tanto intento infructuoso.
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