Tres lecciones que aprendí al aplicar para una beca en el extranjero
Por: Frida Arriaga
En el 2015 tuve la oportunidad de irme a estudiar la maestría a Inglaterra, gracias a una beca completa, y puedo decir, sin temor a equivocarme, que ha sido la experiencia más emocionante que haya vivido. Sin embargo, aplicar para una beca en el extranjero es un proceso peculiar, así que aquí te cuento algunas consideraciones que te serían útiles antes de embarcarte en esta aventura:
1. Los trámites para obtener una beca son costosos. Pareciera obvio, pero pues si estás aplicando para una beca es porque necesitas una fuente de financiamiento para tus estudios. Sin embargo, en ese momento, entre todos los trámites que tenía que hacer (exámenes, aplicaciones, etcétera), yo creo que mínimo me gasté unos 7, 000 MXN, por lo que hay que estar preparado para eso. Ahora, nada te asegura que gastándote ese dinero te van a dar la beca, por lo que ese capital es más bien lo que se conocería como ‘de riesgo’, pero si confías en tus capacidades, es una muy buena inversión en ti mismo.
2. Vas a tener que invertirle tiempo. Yo más o menos empecé el proceso en noviembre (y ya era tarde) y me fui en septiembre. Lo que significa que al menos tienes que dedicarle nueve o diez meses al proceso. Los tiempos varían dependiendo de la universidad que quieres, por ejemplo, las aplicaciones a las escuelas de Estados Unidos se cierran mucho antes que las de Europa (en algunos casos, las de Europa siguen abiertas hasta marzo del año en el que quieres irte). Otro punto es que tienes que dedicarles el tiempo adecuado a las aplicaciones de las universidades, pues es la parte más importante, si no te aceptan, no hay forma de que consigas una beca. En este sentido, te recomiendo diversificar tus opciones. Yo apliqué a cinco universidades, no apliques solo a una, investiga a fondo distintos programas de diferentes escuelas, para entender cuál es la opción que más te conviene, y por si en alguna te llegaran a rechazar, tener una opción B.
3. Te va a agotar (física y mentalmente). Sí es un fastidio y no te voy a mentir, es mucho trabajo y mucho esfuerzo mental, porque tienes que ser capaz de tolerar la frustración de los trámites lentos más el estrés de la incertidumbre, además del riesgo de que todo tu esfuerzo no tenga frutos. Pero si lo logras, te prometo que vale la pena cada segundo y cada peso invertido. ¡Éxito!
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