¿Qué es lo que celebramos el Día del Niño? Podría parecer muy obvio para todos ¿no?, pero reflexionemos de nuevo esta pregunta, al menos para mí, a lo largo de los años, poco a poco se fue perdiendo el sentido, simplemente una celebración más que se usa para andar gastando y realmente no tiene mucho sentido, incluso me llegaba a parecer que era el pretexto perfecto de padres para recordar que tienen hijos y que pueden pasar tiempo con ellos.

Ahora todo me parece distinto, tengo dos años viviendo con mi esposa y mi hijo, y han sido dos años completamente maravillosos, en los que he tenido la oportunidad de reconciliarme con mi niño interior, hicimos las paces, porque hoy puedo ser realmente yo sin miedo a ser juzgado, sin tener que esconderme para los demás, hoy no me da pena de repente comprarme esa figura que siempre quise, o conseguir el último número de mi cómic o manga favorito, y emocionarme al leerlo, decorar mi casa como me gusta, tener tardes de videojuegos o juegos de mesa; dándole eso que siempre quise a mi niño interior.

Todo esto me ha hecho reflexionar todo lo que perdí en su momento por sentirme inseguro, por parecer tonto o sentir que los demás no me aceptarían y que mi “espacio seguro” no lo fuera por completo, eso es algo que no quiero que mi hijo viva, es un niño feliz, que no conoce la violencia, ni ningún tipo de maltrato, se siente seguro de sí mismo y lo que hace, se siente libre de tomar sus decisiones y pedir lo que le gusta.

Corremos, saltamos, jugamos en todas partes, no me importa si la gente me ve raro por la calle cuando salimos y corremos haciendo ruidos de coches de carreras mientras avanzamos por nuestro camino, disfruto verlo lleno de emoción y que me quiera hacer parte de ello, cuando me busca para que me siente con él a ver una película, cuando me invita a su casita de campaña para recostarnos juntos, cuando me trae un libro o un juguete para pasar un rato juntos.

Hoy ya no me parece absurdo, si bien no hace falta que sea 30 de abril para hacer algo especial con mi niño, ahora me parece completamente lógico celebrar ese día, celebramos su inocencia, celebramos su felicidad, celebramos esa libertad tan única que tienen, a ellos no les preocupa el dinero ni las responsabilidades de la vida adulta, solo buscan pasar sus días siendo felices, y eso es digno de celebrarse.

Hoy aprovecho para recordarte que, si convives con una pequeña o un pequeño, sea cual sea tu parentesco con él, abrázalo, recuérdale lo maravilloso y especial que es, hazlo feliz cada día, pero recuérdale que el hecho de que sea feliz merece ser celebrado y es algo especial, y busquemos siempre que esta etapa de su vida sea inolvidable, construyamos adultos sanos con niños felices.