Hoy, como cada 2 de abril, queremos hacer visible lo invisible, para sensibilizar y concientizar a las personas que no tienen autismo, para que sean empáticas con las que se encuentran viviendo dentro del espectro; es importante continuar, sociedad y gobierno, haciendo planes de difusión y ejerciéndolos en las diferentes instancias tanto educativas como del sector salud para conocer las características, y que estas nos lleven a realizar una detección oportuna que eleve la calidad de vida de las personas y sus familias.
La pandemia por el COVID-19 marcó un antes y un después para las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), originando problemas en el seguimiento de sus tratamientos, los cuales se vieron interrumpidos por el virus, al tener que realizar el distanciamiento social, el uso de cubrebocas, gel y lavado de manos, que para las personas con TEA es algo traumático, así también el confinamiento, que repercutió en su salud mental, ocasionando en algunas personas con autismo grado 1 sin discapacidad intelectual ansiedad y depresión, por el exceso de información difundida por la redes sociales, y también la infodemia. En el caso de las personas con autismo grado 2 y 3, se vieron impactadas por las medidas sanitarias que se tuvieron que tomar por aproximadamente dos años, originando una interrupción en sus rutinas; la terapia constante es importante para el seguimiento del tratamiento y que la persona y sus familias se adhieran a él, así como el tratamiento farmacológico, que en algunos casos fue interrumpido por darle prioridad a la atención por el coronavirus y en otros casos las personas con TEA también resultaron contagiadas, perdiendo la vida algunas y otros miembros de su familia, por ejemplo los padres de hijos menores con autismo, quedando estos a resguardo de otros familiares, como abuelos, tíos o hermanos.
El autismo se manifiesta entre los 18 y 36 meses de edad con características como problemas de socialización, comunicación, lenguaje, intereses limitados, problemas de integración sensorial, caminar en puntas, aletear, llevarse las manos a la cara o girarlas en círculo, berrinches, selectividad alimenticia, trastorno de sueño. Estas pueden permanecer a lo largo de su vida disminuir o incrementarse, las cuales deben ser tratadas con terapia conductual redirectiva y farmacología en algunos casos, así como una terapia global de nutrición, arte, deporte, terapia sensorial, musicoterapia, terapia floral y de integración sensorial a través de los sentidos para disminuir los estados de ansiedad y depresión en las personas con TEA, no es privativo de los niños, en la adolescencia y adultez el autismo continua, llevándolos a crisis que pueden ser controladas con los tratamientos indicados, los cuales deben ser constantes e ininterrumpidos.
Cuando tenemos un hijo con autismo entre los 18 meses y 6 años jamás imaginamos el largo camino que nos queda por recorrer, porque el autismo es una condición de vida permanente y, en ocasiones, discapacitante, que tiene comorbilidad con la epilepsia, problemas autoinmunes, respiratorios y gastrointestinales, los cuales hay que abordar con un médico que esté familiarizado en la atención a personas con TEA. Existen pocos con especialidad en el neurodesarrollo que comprendan de fondo la importancia de cuidar la salud integral del paciente, por lo que es necesario que nosotros, como padres, estemos actualizados e informados de todos los procesos por los que pasa nuestro hijo y así compartir la información con los profesionales de la educación y la salud.
Debemos aprender la cultura de la concientización y realizar una inclusión asertiva para integrar a las personas que viven con TEA en el mundo, porque actualmente, en el año 2024, existen en México 1 de cada 115 nacimientos, según el reporte de la Organización Mundial de la Salud, y en Estados Unidos 1 de cada 36 nacimientos.
La detección oportuna es importante en el diagnóstico y tratamiento para elevar la calidad de vida de la persona y su familia. Existen 3 grados de autismo, grado 1, necesita poca ayuda; grado 2, necesita ayuda, y grado 3, necesita ayuda considerable; se manifiesta en niños y niñas, de cada 10, 8 son varones y 2 son mujeres. Los padres deben de tomar cursos, talleres y conferencias para psicoeducarse y comprender, así como para aprender cómo educar a sus hijos, ninguna persona nace conociendo cómo educar a nuestros hijos y más si nuestros hijos nacen con el Trastorno del Espectro Autista.
Jardín Interior, Centro Especializado en Autismo Cel. 686 1588601. Dra. Iliana Rivas. ilianafrivasa@hotmail.com
Iliana Rivas estudió las carreras de mercadotecnia, artes plásticas y psicología, así como la maestría y doctorado en educación con énfasis en trastornos del neurodesarrollo. Graduada con mención honorifica en la Universidad Autónoma de Baja California, estudió una docena de diplomados entre ellos neuropsicología, psicodiagnóstico, psicología clínica, psicología infantil y terapia cognitivo conductual entre otros. También es autora, recientemente lanzó su libro Autismo, un mundo sin juegos, disponible en Amazon.