Cada 14 de febrero conmemoramos el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas (CC), donde siempre viene a nuestra mente una clara visión de un gran espectro de malformaciones congénitas, pero en la población infantil. Sin embargo, en este año 2024, debemos hacer un alto en el camino y replantearnos como especialistas.
¿Dónde nos encontramos en torno a la atención de las cardiopatías congénitas?
Producto de este análisis debemos lograr mejorar la calidad de la atención, en todas las etapas de su vida, pues la mayoría de las necesidades de atención son: la anticoagulación, sexualidad y embarazo, actividad física, así como la atención de las complicaciones valvulares y/o eléctricas derivadas de la cirugía practicada en la infancia.
Conocer la terminología de las cardiopatías congénitas y lograr las competencias necesarias con excelencia resulta un verdadero reto y compromiso de los especialistas dedicados a las CC, esto podría parecerse a medio entender un idioma, hasta entenderlo, hablarlo y escribirlo a la perfección, condición que se réplica de forma idéntica, con de las competencias necesarias para atender este tipo de pacientes en todas las etapas de la vida, derivado de la complejidad.
Esto no solo es evidente en el área clínica, pues existe un número muy pequeño de cirujanos cardiacos que se dedican a atender este tipo de patologías estructurales complejas, por lo que hoy la vida me ofrece la oportunidad de preparar estos nuevos profesionales y construir un liderazgo que trascienda en la medicina mexicana, condición que es igualmente aplicable a nuestro programa de trasplante cardiaco, especialmente para los pacientes con fisiología univentricular, para lo cual requeriremos de toda la ayuda de nuestras instituciones educativas.
Por otra parte, el derecho constitucional, plasmado en el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que garantiza la salud, pierde su alcance constantemente, es por ello que el diseño de programas interinstitucionales, con un soporte financiero suprasistémico, podría garantizar la atención de estos pacientes, aun en condiciones en donde tienen la dificultad para conseguir trabajo, pérdida del mismo o alcanzar la mayoría de edad.
Entiendo que el problema tiene varias aristas, pero hoy debemos tomar el toro por los cuernos y proporcionar nuevas alternativas, basadas en la reflexión discursiva, que lleve a buen puerto la solución de esta problemática, pues ignorar los hechos no hará que desaparezca.