Un mal arbitraje y comportamiento de los futbolistas y entrenadores puede originar violencia en las gradas, el futbol no es sinónimo de violencia, pero la violencia puede llegar al fútbol cuando los diferentes integrantes de la sociedad asisten a un partido oficial o “amistoso” y se encuentran componentes que hacen detonar otras situaciones.

Cuáles pueden ser algunos de estos componentes:
•Cuando los jugadores no tienen mente fría ante las palabras o juego sucio de sus adversarios y se calientan los ánimos en la cancha, máximo cuando uno de los equipos va perdiendo.
•Cuando el árbitro llega tarde a un partido o pierde autoridad y seriedad, y sus decisiones son controversiales y cuestionadas de manera frecuente.
•Cuando los entrenadores se dirigen a lo largo del partido a sus jugadores de manera muy informal, con groserías o lenguaje propio de barrio, la porra o equipo contrario se siente con el derecho de actuar y hablar así en contra de los jugadores.
•Cuando el árbitro no penaliza los codazos, empujones o faltas claras.
•Cuando nadie le toma importancia y respeto a la localización de las porras en las gradas (locales y visitantes) sintiéndose en la libertad plena de estar y gritar inmediatamente al lado de la porra contraria.

Componentes como estos dan pie o ayudan a detonar acciones negativas, como pleitos y peleas, al grado tal de herir a niños, jóvenes y adultos mayores a su paso, con daño a las instalaciones.

Además del estrés de su vida cotidiana, la gente se expresa con diversos grados de frustración en un partido de futbol; son muchos, pero enumero aquí algunos:

•La frustración de ver injusticias en la cancha ante las que no puedes ni debes participar por no ser parte, y esto se debe al alto o bajo nivel de conocimiento de lo que está pasando en la cancha.
•Las porras muchas veces expresan agresión verbal desde el anonimato, agresión que los jugadores no pueden expresar, pues serían expulsados.
•Existen personas en las gradas que desearon tener la oportunidad que ahora tienen los jugadores en la cancha, y sus voces en lugar de ser de aliento son de inconformidad y queja todo el tiempo.
•La burla o mofa hacia las porras de otros equipos o maltrato mixto es detonante natural de problemas en las gradas.
•Cuando no tomamos la responsabilidad y respeto de quienes se sacrifican haciendo un deporte, nuestra actitud no debería ser de crítica o reclamo hacia ningún jugador o equipo, al contrario, debería impulsar a ser mejor deportista de lo que muchos no lo son en las gradas.

Además del mal ejemplo que le ofrece la porra a sus hijos participando en estos zafarranchos o agresiones, hay que dejarles claro que ellos como jugadores no deben ser parte de estas situaciones y que por más que quieran defender a su familia, el solo hecho de intervenir agranda y agrava la situación, al igual que discutir con el árbitro, o insultar o golpear intencionalmente a otro jugador. Por ello la sugerencia siempre será que busquemos controlar en todo momento nuestro actuar y que nuestras frustraciones no afecten nuestro comportamiento durante los partidos de fútbol.

“Con Goles”
Las malas decisiones del árbitro se ganan con goles.
El juego sucio de los jugadores contrarios se ganan con goles.
La agresividad de las porras se ganan con goles.
El mal fútbol o jugadas del partido se ganan con goles.
Los partidos se ganan con goles.