Los accidentes ocurren todos los días y a cada instante, absolutamente ninguna persona está exenta de que le ocurra una emergencia médica, en la casa, en la escuela, en el trabajo o en la vía pública.
Lo realmente grave y preocupante del asunto es que todos los seres humanos pensamos “A MÍ NO ME VA A PASAR”, “YO NO FORMO PARTE DE LAS ESTADÍSTICAS DE PERSONAS HERIDAS”, o quizá pensamos al ver una noticia, enterarnos de que a alguien cercano le ocurrió un accidente; “pobre de esa persona”, podemos sentir feo o poner cara de asombro, pero eso no marca ninguna diferencia en nuestras vidas, nuestros hogares o nuestro entorno.
La importancia de prepararse para una emergencia médica puede ser, literalmente, la diferencia entre la vida y la muerte, no por el hecho de pensar o desear que algo así no pase, significa que en realidad no sucederá.
En septiembre se conmemora la relevancia de los PRIMEROS AUXILIOS, el segundo sábado de cada mes a nivel mundial, sin embargo el objetivo debería ser que todos los días estemos preparadas y preparados así como conscientes de que podemos hacer mucho para evitar una catástrofe.
Hay muchas personas que no les gusta hablar de estos temas, se paralizan, cierran los ojos, cambian el tema, voltean a otro lado pensando y deseando que nunca les llegue a pasar esto, pero eso no resuelve la situación, y los accidentes suceden todo el tiempo; por ejemplo, tan solo podemos ver que el mayor índice de accidentes en niños y niñas menores de 5 años de edad ocurre dentro de su propio hogar.
Otro punto a tomar en cuenta es que los lugares más frecuentes de los accidentes en una casa-habitación son el baño y la cocina, sitios que por supuesto los seres humanos visitamos por lo menos una vez al día.
Parte fundamental de los primeros auxilios es la PREVENCIÓN, tal y como lo menciono en el libro Salva la vida de quien amas, que son técnicas sencillas de primeros auxilios y prevención de accidentes en el hogar, ya que si hacemos una correcta previsión y preparación de las instalaciones, de las condiciones físicas del inmueble o lugar donde habitemos y por supuesto sumamos la capacitación y entrenamiento del personal que labora en cualquier tipo de empresa, industria, negocio y de cada uno de los miembros de una familia, esto dará por consecuencia ambientes más seguros y protegidos; para empezar, el número de accidentes se reduciría considerablemente, por otro lado, si llegara a ocurrir una situación imprevista, gracias al entrenamiento se puede tener atención adecuada a las víctimas, reduciendo el daño de las mismas y lastimando lo menos posible a una persona, o por lo menos no generar una lesión más grave.
Es evidente que hay accidentes menores, como una pequeña cortadura en la punta de un dedo, un pequeño raspón (abrasión) en un codo o en una rodilla; depende mucho del tipo de condición de salud de una persona; por ejemplo una pequeña lesión en un dedo del pie de una persona con Diabetes Mellitus tipo 2, que tiene descontrol de sus niveles de glucosa en sangre, pudiera provocar una herida que no cierra y llevarle lentamente hasta la muerte si no se atiende. Sin embargo esto no representaría algún reto en una persona saludable.
Ahora bien, hablemos de otra situación, si ocurriera un accidente enfrente de ti, como un accidente en la cocina por un cuchillo clavado en una mano, ¿sabrías cómo pedir auxilio a los cuerpos de emergencia?, ¿sabes a qué número llamar? ¿sabes qué información debe contener esa llamada? Saber activar el Sistema Médico de Urgencias, también son primeros auxilios y es algo con lo cual podemos ayudar muy bien, así como saber hacerlo todo mundo.
Ser la primera persona en responder y atender a alguien que se lesionó es una gran responsabilidad, pero también un privilegio al saber que podemos ayudar, dice el Talmud “quien salva un vida, salva al mundo entero”, otra gran frase de la sabiduría humana dice que “lo más cercano a crear una vida es salvarla”. Y si estuviera frente a ti la oportunidad de ayudar a alguien, ya sea que le conozcas o no, sea un ser querido para ti o alguien completamente desconocido(a), ¿tendrías los conocimientos y herramientas mínimas para saber cómo actuar?
¿Cuentas en tu mochila o bolsa de mano con una venda simple, un par de guantes desechables e incluso un torniquete? (ya que el día de hoy es imperativo saber el uso de los torniquetes, pues es una gran herramienta para el control de hemorragias en extremidades), a veces esos pequeños elementos de material superbásico y que utilizan muy poco espacio pueden ser de gran utilidad en una primera atención y crear una gran diferencia.
Como instructora de primeros auxilios, formadora de paramédico(a)s, madre de hija e hijo y ciudadana de este mundo, te invito a que tomes un buen curso presencial de primeros auxilios junto con tu familia, si te resulta más cómodo, puedes adquirir el libro de Salva la vida de quien amas, disponible de manera digital en amazon.com y donde aprenderás muchas de estas técnicas. De verdad, tómalo en cuenta.
Y pensar en que “eso no me va a pasar a mí” no te garantiza nada, mejor es estar preparado(a) teniendo el conocimiento para saber actuar y nunca necesitar usarlo, a necesitar esa información y no tenerla.
Por una cultura de la prevención. Se despide tu amiga y servidora.
Cuídate mucho.
Síguenos en:
@upiparamedicos
@veroversandy
@veroversandy
veroversandy
tiktok
@upiparamedicos