En lo personal, el ideario que más admiré en las diversas empresas o grupos en los que tuve oportunidad de participar, en diversas empresas de grupo FEMSA, es el ideario Cuauhtémoc de don Eugenio Garza Sada. A 50 años de su ausencia, los valores que contiene su ideario siguen generando acciones de trascendencia en empresas e instituciones como FEMSA y Tecnológico de Monterrey, entre muchas más. Son 17 y se aseguró de que todos sus compañeros y colaboradores lo conocieran y practicaran:

• Reconocer el mérito en los demás,
• Controlar el temperamento,
• Nunca hacer burla,
• Ser cortés,
• Ser tolerante,
• Ser puntual,
• Si uno es vanidoso, hay que ocultarlo,
• No alterar la verdad,
• Dejar que los demás se explayen,
• Expresarse concisamente,
• Depurar el vocabulario,
• Asegurarse de disfrutar el trabajo,
• Reconocer el enorme valor del trabajador manual,
• Pensar en el interés del negocio más que el propio,
• Análisis por encima de la inspiración o de la intuición,
• La dedicación al trabajo y
• Ser modesto.

Los 17 valores cautivaron mi atención y me sentí muy identificado con ellos, sin duda, todos con un objetivo que ha resultado ser estratégico para determinar claramente la manera de actuar, pensar y las acciones de quienes se encuentran en las diversas empresas que fundó. Uno de los valores del ideario que reconozco como de los más estratégicos es el 14: «Pensar en el interés del negocio más que en el propio es una buena táctica, la fidelidad a la empresa promueve el propio beneficio», este valor me parece muy estratégico y me recuerda aquella frase de «Ponerse la camiseta de la empresa», pero parece absurda para los que no conocen este valor, ya que observaban que muchos de nosotros consumíamos, inclusive, solo marcas del grupo o como cierto número de ejecutivos llegaban a un restaurante y, al notar que no había refresco o cerveza de la empresa, todos se levantaban dispuestos a irse a otro.

El apego a la marca, los colaboradores lo viven en el día con día, pero no es lavado de cerebro gratis, es una táctica o estrategia que permite crear fidelidad hacia las marcas y hacia la empresa, a través del bolsillo de los colaboradores al ver económicamente el producto de esa fiebre por las marcas en los repartos de utilidades anuales por la venta de los productos de la compañía. Aun las empresas filiales estratégicas que tuvieron, posiblemente, en ese año pérdidas en proyectos por apoyar a la venta de refresco o cerveza, son beneficiadas por las empresas hermanas en agradecimiento al esfuerzo por desplazamiento de mayor volumen de producto. Así que, ponerse la camiseta de la empresa o pensar en el interés del negocio más que en el propio, no es una fiebre contagiosa gratuita de consumo, existen trasfondos de interés económico que comprenden más esto los colaboradores, que los consumidores o familiares que ven la preferencia por un producto o servicio de la empresa.

Enrique Castillo
CEO de Empresas Estratégicas
www.empresasestrategicas.com
Autor del libro Empresas Estratégicas, disponible en Amazon.