Hans Christian Andersen es un reconocido poeta y autor de cuentos infantiles, los cuales han sido traducidos a más de 146 idiomas. Su nacimiento ocurrió el 2 de abril de 1805, en Odense, Dinamarca, falleciendo el 4 de agosto de 1875 en Copenhague, Dinamarca.

Uno de sus cuentos más populares es El patito feo, publicado el 11 de noviembre de 1843, el cual relata cómo un polluelo de cisne es criado por patos, sintiéndose totalmente fuera de lugar hasta que descubre su verdadero origen. Actualmente, esta historia está llamando mucho la atención, pues es considerada una metáfora de la vida de Andersen.

Y es que esta creencia no es fortuita ni invención, pues el propio autor danés lo confesaría ante el crítico Georg Brandes cuando le preguntó si pensaba escribir su autobiografía, a lo que Andersen respondería que ya había escrito El patito feo.

Hans Christian Andersen era hijo de un zapatero y una lavandera, su niñez estuvo marcada por la pobreza extrema, a tal grado que tuvo que mendigar en más de una ocasión y un puente llegó a ser su cobijo y refugio.

No obstante, en estas circunstancias, el escritor llegó a sospechar que no era hijo de su padre. En este sentido, los historiadores creen que Andersen descubrió algo que lo hizo pensar que venía de linaje real, más específicamente, que era el hijo ilegítimo del príncipe Christian Frederik, más tarde coronado como Christian VIII de Dinamarca.

Además, físicamente, el autor era considerado feo: una postura desgarbada, una enorme nariz y unos grandes pies serían las características que le valdrían este adjetivo. De esta forma, durante su niñez básicamente no tuvo amigos y sufrió acoso; por si fuera poco, también fue objeto de burla de sus compañeros durante su juventud, ya que también fue rechazado como cantante de ópera y actor.

Sin embargo, Andersen tenía un extraordinario talento para la escritura, por lo que a los 14 años decidió ser escritor y se trasladó a Copenhague a estudiar, sería el director del Teatro Real, Jonás Collin, quien le financiara su formación.

Hans Christian Andersen comenzó escribiendo poemas y obras de teatro, pero empezaría a ser reconocido hasta 1835, con la novela El improvisador y la colección Historias de aventuras para niños. Después de eso, empezó a inclinarse más por la literatura infantil, lo que le valió la fama, representando para él un logro y un gran reconocimiento, incluso hasta nuestros días, de tal manera que se posicionó por encima de aquellos que se burlaron de él en esas etapas de su vida.

Es así como Hans Christian Andersen dio forma a su famoso cuento de El patito feo: conjuntando las burlas sufridas durante su infancia y adolescencia con su sospecha de no pertenecer a su familia, dando vida a la metáfora de brillar por la belleza interior.