No solo es la guerra entre Rusia y Ucrania, que está provocando una movilización internacional como pocas en las últimas décadas, son varios conflictos bélicos más los que hacen necesario revalorar el 21 de septiembre como el Día Internacional de la Paz.

La guerra en Etiopía, que empezó hace casi 20 meses, ha dejado a cientos de miles de personas muriendo de hambre; la Organización de las Naciones Unidas dice que la guerra en Yemen tiene niveles impactantes de sufrimiento y que causó el peor desastre humanitario del mundo.

Myanmar es otra región que ha registrado tensiones políticas y étnicas durante años, y muchos analistas dicen que la nación está en medio de una guerra civil.

En Siria, las protestas inicialmente pacíficas contra el presidente sirio Bashar al Asad en 2011 se convirtieron en una guerra civil a gran escala que lleva más de una década.

Después de derrocado Estado Islámico en Medio Oriente en 2017, los grupos islamistas militantes se fueron cada vez más hacia África, donde los gobiernos frágiles no siempre pueden luchar contra su influencia.

Estos son solo unos ejemplos de la gran efervescencia de la violencia en el mundo; por tanto, es necesario contrarrestarla con acciones que aunque parezcan idealistas, en algo han de contribuir para conseguir un mundo más pacífico.

El Día Internacional de la Paz se conmemora como una oportunidad para sensibilizar y promover la reflexión de la opinión pública en general y en especial del sector público sobre la importancia de la paz y de que cada persona contribuya para su construcción en nuestro planeta.

Originalmente, este día se celebraba el tercer martes del mes de septiembre, pero fue en el 2001 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 21 de septiembre como el día dedicado al fortalecimiento de los ideales de paz, tanto entre los países y los pueblos como entre los miembros de cada uno de ellos, para exhortarlos a que abandonen las armas y reafirmen su compromiso de vivir en armonía unos con otros.

Pese a toda la violencia vivida, según la ONU, el cambio climático ocasiona amenazas aun mayores para la paz y la seguridad internacionales, ya que los desastres naturales desplazan tres veces más personas que los conflictos, obligando a millones a abandonar sus hogares y buscar la seguridad en otros lugares, por lo que considera que la paz solo puede lograrse si se toman medidas concretas para combatir el cambio climático.

Y tienen razón, no importa cuántos conflictos bélicos haya en el planeta si no hay planeta.

Así que el exhorto es que cada uno ponga su granito de arena para conseguir los objetivos de paz y lucha contra el cambio climático: reciclar, apagar las luces, no tirar basura, promover más el uso de la bicicleta y usar el transporte público en vez del automóvil convencional.