Al momento de escribir o publicar un libro, el escritor se enfrenta a diferentes retos que pueden obstaculizar el logro de su objetivo. Es por ello que Aziyadé Uriarte y Enrique Castillo, de Autopublica tu libro con expertos y Comunicación Global Design, se dieron a la tarea de mencionar siete de ellas en su live tradicional de Facebook.
La primera es cuando se tiene el nudo y/o final del libro… pero no el inicio. Para poder solucionar esto, Aziyadé mencionó que en este caso se tiene una “madeja enredada”, por lo que una buena táctica es hacer lluvia de ideas o mapas mentales que ayuden al escritor a poner un orden para llegar a aquello que ya se tiene claro.
Una segunda traba puede presentarse cuando no se tienen claros los personajes o no tienen vida. En este sentido, Enrique insistió en que los personajes, sobre todo en el género narrativo, deben enganchar, por lo que para hacerlos más reales deben ser coherentes con la historia. Esta parte es importante, pues si los personajes no atraen lo suficiente al lector, pueden abandonar la lectura.
La tercera dificultad tiene que ver con la trama. A veces sucede que al momento de retomar lo escrito, el escritor se encuentra con mucha paja. Por ello, Aziyadé recordó que es importante llevar a cabo la revisión del texto y quitar todo aquello que estorba para mantener congruencia en toda la narrativa. También hay que regresar sobre lo escrito para verificar que la idea está totalmente terminada y que le quede clara al lector.
Un cuarto obstáculo puede darse cuando se escribe sobre un tema que no se domina bien. Enrique destacó que esto es muy notorio para los editores… y para los lectores también, por lo que hay que tener cuidado con eso; lo más recomendable en esta situación es que el autor se documente al respecto.
El quinto impedimento para concluir la obra recibe el nombre del “maldito sentido del perfeccionista”, derivado de la autoexigencia. Aziyadé recordó que sí, es necesario hacer revisión y corrección de tu escrito; sin embargo, hay que evitar caer en “sobrecorrección”, pues nada ni nadie es perfecto. También subrayó que existen las segundas, terceras, cuartas y múltiples ediciones, así que hay posibilidades de añadir y corregir tu libro ya publicado más adelante; no obstante, sí es recomendable ponerse una fecha límite para evitar que este perfeccionamiento se vuelva un cuento de nunca acabar.
La sexta dificultad es el miedo (natural) a la crítica, no solo a la especializada, sino también al “qué dirán” del círculo cercano. Enrique enfatizó que el autor debe tener claro el sector a quien va dirigido su libro y tener presente que la crítica no siempre es mala, dependerá del mismo escritor cómo tomarla y abordarla para seguir mejorando y enriqueciendo su escritura. El mejor consejo que se puede dar aquí es confiar en sí mismo y en lo que se hace.
El último punto mencionado, aunque hay muchos más, es el autosabotaje. El exceso de pretextos para no escribir es el peor obstáculo de todos. Cuando se está ante un constante “esqueísmo” (“es que ahorita no tengo tiempo”, “es que estoy de vacaciones”, “es que esto o lo otro”) se está ante miles de excusas de parte del autor hacia su propio trabajo, y es un autoengaño para no ponerse a escribir. No hay de otra más que dejar todo esto de lado y comprometerse, de verdad, en el proceso de su obra.
Aziyadé Uriarte y Enrique Castillo concluyeron el tema invitando a los autores a terminar sus libros y animándolos a cumplir con ese proyecto.