“—No era lo que yo esperaba, hice tanto por él.

—¿Cómo qué?

—Le dediqué momentos inigualables; siempre estaba dispuesta, amable y sonriente para él, lo atendía, escuchaba y consolaba en sus días de oscuridad, y aunque en mí hubiera quejas, me las callaba con tal de no molestarlo.

—¿Crees que es una mala persona?

—Por supuesto que sí, no me supo valorar; hice tantas cosas por él, ojalá le vaya mal.

—¿Alguna vez él hizo o dio la mitad de lo que tú le diste?

—No, nunca, por eso sé que todo esto lo ha de pagar.

—¿Acaso él te pidió que te entregaras en cuerpo y alma, olvidándote de ti misma?, ¿supo cuáles eran tus sueños y tus metas?, ¿se preocupó acaso por conocer tus gustos y manías?, ¿alguna vez te preguntó por cómo te sentías?

—No.

—¿Y entonces qué te hace pensar que la culpa es suya? Quien dejó de amarse en cuerpo y alma fuiste tú, quien se olvidó de tus propios sentimientos fuiste tú, quien hizo a un lado sus metas y sus sueños fuiste tú, quien dejó sus gustos y ocultó sus manías para no enfadarlo fuiste tú.

Aquí no hay víctimas, ni victimarios, y recibimos el amor que creemos merecer, te dabas migajas de amor y recibías lo mismo; quien se ama no permite tales tratos… solo puedo decirte que vas a estar bien, sanarás, podrás seguir adelante y, en su momento, llegará alguien especial.

—¿Algún día conoceré a un hombre que me ame?

—Depende.

—¿Depende de qué?

—Del tiempo que tardes en entender que a la primera persona que debes amar es a ti misma, de que cuánto más amor, admiración y respeto sientas por ti, atraerás a un hombre que te ame, admire y respete también. Cuando estés lista sabrás reconocer enseguida las características del hombre que dejaste y podrás decir a tiempo ¡NO NECESITO MÁS DE ESTO!, y así evitarás seguir repitiendo la misma historia, una y otra vez.

Él no fue una mala persona, solo te vino a recordar lo dañada y olvidada que te tenías tú”.

Somos cuerpo (mente) y alma (el Ser verdadero). Al identificarte con la situación del texto, confirmas que vivimos mucho más pendientes del dolor que nos producen nuestros pensamientos (mente) en lugar de estar aprendiendo como seres con un propósito de lo que realmente somos a nivel espiritual o álmico (el Ser verdadero). Por tanto, los encuentros de almas no deberían de ser tomados como un producto de la casualidad de nuestra vida, sino como pactos que se hacen con el único propósito de aprender, trascender y evolucionar. Cada relación de pareja que has tenido debe de ser tomada como una experiencia ABSOLUTAMENTE NECESARIA, ELEGIDA POR NOSOTROS MISMOS EN OTRO PLANO DE LUZ, la cual tuvo lugar en el tiempo perfecto, con la persona correcta, que conociste en el lugar indicado.

En mi siguiente artículo, te estaré compartiendo sobre los PACTOS ENTRE ALMAS, descubrirás que no hay razón para seguirte lastimando con este tipo de situaciones, y que cuando menos lo esperes, estarás agradeciendo a esa persona por haber transitado en tu vida, así haya sido un día, un año o toda una vida.

Con cariño de tu amiga Karina Nova.

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