Hablar acerca de la comida siempre ha sido un tema que es de mucho interés para todos los que nos gusta vivir sanos y sentirnos bien.

Como maestra y practicante de yoga, este tema es fundamental para mí, ya que el camino del yoga es un camino completo de vida, que permea en todas las áreas de mi existencia.

En mis clases, talleres y entrenamientos de yoga, siempre hay alumnos que me preguntan sobre la alimentación, así que decidí escribir un poco sobre eso, aunque no soy una experta, ni soy nutrióloga, pero si sé, y practico el arte de “comer consciente”.

¿Qué es comer consciente?

Sabemos que lo que comemos afecta directamente nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra mente, y nuestra vida espiritual.

El concepto de comer consciente tiene varios aspectos:

Uno: es saber elegir lo que realmente necesitamos en cada comida.

Con ello me refiero, no solo a la cantidad de alimento, sino a que es lo que realmente estamos necesitando en cada comida, ejemplo: preguntarnos; ¿qué me apetece en este momento? ¿comida fresca?, ¿vegetales?, ¿comida caliente? Y eso depende de la actividad que tienes, del clima, del tiempo que te puedes dar para esa comida, etcétera.

Ahí empieza la conexión de tu cuerpo con tu mente y viceversa, entonces, elegir (dentro de lo que tenemos posibilidad en ese momento) lo que realmente necesitamos.

Dos: buscar un espacio para hacer esa comida, no solo el espacio físico, que es muy importante, si podemos elegir un espacio donde nos sintamos tranquilos y que sea agradable. Pero también el espacio de tiempo. Es decir, que realmente le dediquemos un tiempo a solo comer, ya que la digestión inicia desde que vemos, olemos, y sentimos el alimento, así que, nos damos el tiempo de comer, con todos nuestros sentidos, con toda nuestra atención, disfrutando plenamente de eso que elegimos comer. Hacemos de ese momento un momento sagrado. Asegurándonos de no tener nuestro celular a un lado, ni de ver la televisión, o ver el ordenador, y si estamos acompañados, también ser conscientes de, si las personas que están con nosotros son de nuestro agrado, y la plática que estamos teniendo es agradable o nos está provocando algún sentimiento de intranquilidad, etcétera.

Todo eso influye en la manera en que asimilamos nuestros alimentos.

Por último, les quiero dar un tip que a mí me ha funcionado y me ha ayudado a tener más energía: es importante elegir comida orgánica, la mayor cantidad posible de vegetales y variedad de ellos, ya que estos aportan vitaminas y fibra al organismo, tienen pocas calorías, requieren de un buen tiempo de masticación y nos ayudan a sentirnos saciados sin necesidad de comer de más. Y recuerda que no es necesario sentirte lleno, si no sentirte satisfecho.

¡Que disfrutes tu comida!

Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento.

 Hipócrates

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Cultura de Cambio “Crece con valores y nuevos comportamientos”

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